Holi 💜 estuve media en una en este último tiempo. Resulta que tuve algunos asuntos personales que me movieron fuerte: de estar bastante mal emocionalmente a volver a encontrarme bien. Creo que lo que más me cuesta es soltar, la incertidumbre y, sobre todo, los vínculos. Los vínculos… mi gran debilidad.
Últimamente ando con un revoltijo emocional gigante. A todo lo que ya me venía pasando, se le sumó una especie de pánico escénico: esa sensación de que lo que quiero sacar al mundo quizás no salga “a la altura”, que no voy a poder sostenerlo o que nadie lo va a valorar. Un clásico miedo creativo, ¿no? 🙃
Lo que me está ayudando en medio de este torbellino es la conciencia plena. Parece re cliché, pero de verdad: parar, respirar, volver al cuerpo y recordar que lo único real es este momento. Trato de soltar la exigencia de “tener todo bajo control” y me repito: “si estoy acá, ya estoy haciendo suficiente”.
¿Cómo seguir adelante siendo tan emocional y viendo cómo se van perdiendo lazos significativos? Toda la vida me pasó. Será que mi ascendente en Escorpio viene a enseñarme a aceptar y dejar ir lo que mi parte libriana no quiere soltar. No lo sé (jajaj), pero sí sé que las despedidas y los cambios me han enseñado muchísimo.
Acá aparece el arcano XIII del Tarot: La Muerte. Todos le tienen miedo, como si fuera sinónimo de tragedia, pero para mí es puro renacer. En lugar de ver una parca, yo veo una mariposa: resiliente, frágil y a la vez fuerte. Este arcano me recuerda que todo lo viejo debe morir para que algo nuevo florezca.
Por eso hoy me abrazo a la idea de habitar el presente. De animarme a decir lo que siento, a abrazar cuando quiero abrazar, a no postergar lo que importa. Como dice mi abuela Normis: “La vida son dos días y ya vivimos uno”.
Y hablando de abuelas: mi abuela Graciela fue quien me transmitió todo lo que sé de fe, resiliencia y creatividad. Ella con su espiritualidad católica me abrió el camino a buscar la mía, mi propia verdad. Cuando pienso en ella, inevitablemente suena en mi cabeza Hasta la raíz de Natalia Lafourcade (y sí, ya estoy llorando 😭).
Volviendo al ahora: claro que tengo miedos. Estoy asustada de que quizás nadie compre lo que quiero lanzar. Pero a la vez sé que si no lo intento, me voy a quedar con la espina de no haberlo hecho. Y si algo me enseñó este año es que vale más probar que quedarse con las ganas.
La vida es incertidumbre, caos y a la vez belleza. Y mi tarea es elegir: quedarme atrapada en el miedo o disfrutar del proceso. Hoy elijo lo segundo.
Con amor,
Agus ✨